viernes, 25 de noviembre de 2011

Violencia de género

La cultura y prácticas heteropatriarcales, hegemónicas en las relaciones afectivas personales, conducen a que estas relaciones sean de dominio de una de las partes sobre la otra, aunque estén revestidas, a modo de camuflaje, del más romántico de los amores.

Esta cultura heteropatriarcal se transmite como un virus de generación en generación. Se suavizan las formas, los discursos, las prácticas, los roles, ... Pero persiste esa forma de dominio a lo largo del tiempo, en muchas ocasiones de manera imperceptible.

La expresión máxima de esa cultura es la violencia de género, que hoy se condena. Supone el mayor grado de sumisión al poder ejercido por el género masculino en una relación de pareja. Supone, la privatización de la relación, una ajeneidad ante los ojos de los demás, el deseo íntimo y profundo de que "tú serás para mí y para nadie más". Es el grado máximo de la desigualdad en una relación de pareja.

En lo que llevamos de año ya han sido asesinadas 61 mujeres a manos de sus maridos, novios o amantes. Es el punto final de unas relaciones marcadas por la desigualdad.

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